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jueves, 10 de junio de 2010

PORTADA DE LA NOVELA

Posted by Picasa
         Al efectuar unas obras de restauración en una antigua casa de la población de Miravet, aparece junto a unos instrumentos de albéitar, un enigmático manuscrito que contiene en su reverso unas frases de difícil y oscura interpretación.

         … yo Guillem Frades, nacido en Miravet, libre, Hermano de Oficio de la Santa Orden del Temple, albéitar de mi Señor Berenguer de Cardona; ..Me destinaron a San Juan de la Peña, para el adiestramiento del Donato Ramiro de Yequeda, hijo bastardo…

         A partir de éste suceso, un variopinto y heterogéneo grupo de personajes, con sus vivencias, sus desengaños, sus ambiciones y esperanzas, se ven envueltos en una apasionante intriga.

         De la mano del autor, Elvira, Guillem y otros nos llevan al mundo -siniestro para unos y luminoso para otros, pero mágico para todos- de los Templarios:

         Volví a esperar al inicio de la madrugada, como furtiva de lo prohibido. Pero era yo, Elvira, la que me sentía así. No podía evitar tener la sensación de estar haciendo algo como mínimo al borde de la ley.

        Recordando mi época de estudiante, me planteé el método de pregunta-respuesta.

        Pregunta: ¿Hermano de Oficio?
        Respuesta: Orden del Temple: Los hermanos de Servicio cuya única condición era que debía haber nacido libre y no esclavo. Herreros, armeros, etc.

      Pregunta: ¿Albéitar?
     Respuesta: Árabe, de Al b´aitar (caballo-medico). Expertos en cuidar a los animales. También equivale en la Edad Media a Ferrador y a Maestro herrador.

      Pregunta: ¿Donato?
      Respuesta: Regla 14 de la Orden del Temple: Aquel que desee entregar a su hijo eternamente en la Orden caballeresca deberá educarlo hasta que sea capaz de llevar las armas con vigor, y liberar la tierra de los enemigos de Cristo Jesús.

         El relato, con abundante y rigurosa documentación histórica nos traslada en un hermoso viaje a transitar por el mundo monacal y la arquitectura religiosa de las zonas pirenaicas, a la vez que nos introduce en la paz y el esplendor de las iglesias románicas.

         Los aficionados a la novela histórica, al thriller, a los enigmas y al estudio y descripción de los sentimientos y emociones de la condición humana, leerán con devoción esta interesante novela.

        Esta historia cumple sobradamente con algo en apariencia sencillo, pero que en contadas ocasiones se consigue: distraer e instruir.
San Bernardo de Claraval, monje cisterciense, fue el inductor y creador de las normas internas de los caballeros templarios.
Es muy interesante uno de sus escritos dirigido al Gran Maestre, en un momento determinado de la historia del inicio de las Cruzadas:
" La obra ha sido llevada a cabo con la ayuda de Nos. Y los caballeros han sido convocados de la marca de Francia y de Borgoña allí donde en ésta época se puede asegurar del mejor modo posible un secreto, una custodia, un escondite".