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jueves, 29 de julio de 2010

ALMANZOR - Abu Amir Muhammad ibn Abi Amir al-Mansur


Biografía de Almanzor (Abi Amir Muhammad)

Almanzor se llamó verdaderamente Abi Amir Muhammad. El nombre de Almanzor es una castellanización del calificativo árabe con que él mismo se rebautizó tras una de sus muchas victorias guerreras: "al-Mansur bi-Allah" (el victorioso de Dios)
Almanzor es uno de esos personajes históricos que ha trascendido al terreno del mito al quedar su huella grabada en el acerbo colectivo.
Y es que Almanzor encarna la virulencia de las frecuentes y encarnizadas guerras de religión del proceso secular llamado "Reconquista" y que protagonizaron ambos bandos: moros y cristianos.
No se va a profundizar aquí en los hechos pormenorizados de la vida de Abi Amir Muhammad "Almanzor". Es sabido que este personaje de raza árabe estudio leyes en Córdoba y fue acercándose a la figura del joven califa Hixem II hasta lograr de él todo poder político del Califato, siendo nombrado "hayib".
También se conocen sus esfuerzos por establecer reformas legislativas y atraerse el afecto y admiración del pueblo llano andalusí gracias a las victorias sobre los cristianos y los botines de guerra llevados a Córdoba tras sus expediciones.
La Guerra Santa
Es precisamente por estas incursiones de castigo y devastación por las que Almanzor es recordado históricamente. Fueron casi sesenta a lo largo de su vida, todas victoriosas, en las que destruyó, entre otras, ciudades tan emblemáticos para los reinos cristianos hispanos como León (984), Barcelona (985) Santiago de Compostela (997) Pamplona (999) y San Millán de la Cogolla (1002).
Por sus firmes creencias religiosas, Almanzor aplicó la idea de guerra santa o yihad con entusiasmo durante toda su vida. Se dice que mandaba recoger el polvo con el que sus ropas quedaban manchadas durante sus incursiones contra los cristianos para ser enterrado con ellas cuando le llegara el último día.
De hecho, se sabe que en su última correría que tenía como objetivo la destrucción de uno de los focos espirituales de la cristiandad hispana, San Millán de la Cogolla, Almanzor se puso a la cabeza de su ejército a pesar de sentirse gravemente enfermo. Corría el año de 1002.
Su salud se deterioró durante esta última campaña y tras quemar el cenobio riojano decidió una apresurada retirada hacia sus bases. Probablemente murió en las cercanías de Bordecórex (sur de Soria) para ser enterrado en Medinaceli, la principal base logística andalusí y cabeza de puente de sus correrías.
Los reinos cristianos suspiraron aliviados con la muerte de Almanzor, que había sido considerado un verdadero azote de Dios. Es significativo que un cronista cristiano de la época celebró su desaparición con la elocuente frase: "fue sepultado en los infiernos".
El legado de Almanzor
La paradoja de la biografía de Almanzor es que siendo un gobernante de una energía poco frecuente y que llevó al Califato a la cima del poder político y militar, sentó las bases para la destrucción definitiva de Al-Andalus.
Al acaparar las riendas del gobierno, que hasta ahora pertenecían a los califas, menoscabó el prestigio de esta figura. Además provocó una verdadera guerra civil entre los partidarios de sus descendientes y los sucesores de Hixem II. Tras su muerte, el Califato de Córdoba se sumió en un continuo proceso de violencia y descomposición hasta su oficial supresión pocos años más tarde (1032).
De haber seguido existiendo un Califato fuerte como el de las décadas centrales del siglo X, los reinos cristianos hubieran visto muy difícil su expansión al sur. Sin embargo, con su pronta desaparición en 1032 y la formación de los pequeños reinos de Taifas, los castigados reinos cristianos pudieron recuperarse y en muy poco tiempo convertirse en una amenaza real para Al-Andalus, que se culminaría con la toma de la emblemática ciudad de Toledo en 1085.
Otro de los históricos errores de Almanzor, y que probablemente cometió por sus creencias y supersticiones religiosas, fue respetar el sepulcro del apóstol Santiago, cuando tomó la ciudad en el año 997.
Si lo hubiera destruido la tumba y hecho desaparecer todo rastro de estas importantísimas reliquias, hubiera cortado la principal arteria dinamizadora de la que se proveía la España cristiana, tanto en el plano espiritual, económico y cultural, que era el Camino de Santiago.

sábado, 24 de julio de 2010

El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia fue entregado por Alfonso el Magnánimo a cambio de una deuda


Europa Press

Valencia
Actualizado miércoles 21/07/2010 16:00 horasDisminuye el tamaño del texto Aumenta el tamaño del texto
Un estudio revela que el Santo Cáliz llegó a la Catedral de Valencia en el siglo XV como pago de las deudas que Alfonso V 'El Magnánimo' había contraído con la jerarquía eclesiástica.
Ante la imposibilidad del monarca de devolver al cabildo de la Seo los 137.430 sueldos que éste le había prestado para sus campañas militares, el 18 de marzo de 1437 le entregó todas las reliquias que había puesto como aval, entre ellas, el Santo Cáliz que según la tradición empleó Jesucristo en la Última Cena.
Así lo descubre el canónigo archivero bibliotecario de la Catedral, Vicente Pons Alós, quien, en su última investigación, -publicada en el número 2 de la Revista 'Catedral de Valencia'-, desmiente que el Santo Grial fuera un "regalo", como tradicionalmente se pensaba, y asegura que Alfonso V lo tuvo que entregar junto a todo su tesoro en reliquias, después de cinco años en los que le fue imposible devolver el dinero que le prestó el cabildo.
El profesor Pons ha presentado este miércoles estas conclusiones en rueda de prensa junto canónigo Conservador del Patrimonio Artístico y Delegado de Información de la Catedral, Jaime Sancho, autor de otro estudio en la misma revista, que señala las diferencias entre la plegarias eucarísticas de los primeros años del cristianismo y las posteriores que justifican la utilización del cáliz de la Última Cena por los primeros papas del cristianismo.
Preseguidos por Valeriano
En este sentido, Sancho precisa que el Canon Romano de los siglos II y III que utilizaban los papas en la catacumbas de Roma hacía mención expresa a "este mismo preclaro cáliz", en referencia a la copa de la Última Cena, y que a raíz de la persecución del emperador Valeriano fue trasladado a Huesca y luego a Valencia.
Además, los expertos han aprovechado la ocasión para mostrar por primera vez a los medios de comunicación la Capilla del Penitenciario, una construcción gótica de la época del obispo Despont (siglo XIV), que se encuentra cerrada al público y únicamente reservada a estudiosos.
Aquí el canónigo Conservador del Patrimonio Artístico y Delegado de Información de la Catedral ha anunciado tres proyectos en la Seo y aen marcha y pendientes de financiación. El primero de ellos tiene por objeto descubrir el ábside de la Seo, actualmente cubierto por una capa de tejas, un trabajo que implica más demolición que construcción, ha explicado Sancho.
Asimismo, la Catedral prevé llevar a cabo una restauración integral de la capilla barroca de San Pedro, un proyecto que también implica obra nueva, aunque en menor medida que el tercero de los proyectos de la Seo: ampliar su museo a tres plantas, aprovechando la cripta y el piso de arriba, cosa que "triplicaría" su capacidad.
Fotografías inéditas de 1915
Los expertos anunciaron también que la Catedral de Valencia ha adquirido recientemente un total de 15 fotografías inéditas muestran cómo era exterior e interiormente el templo valenciano en 1915, cuando todavía se conservaba el coro que dividía la nave central, así como el retablo que presidía el altar.
Conservadas en cristales estereoscópicos y halladas en una tienda de antigüedades de Barcelona, estas instantáneas fueron tomadas por el médico Francesc Xavier Prés Bartra, pertenecieron al Centre Excursionista de Catalunya y son, junto a los cristales conservados por el que fuera canónigo de la Catedral, Sanchis Sivera, las imágenes más detalladas de la Seo durante los primeros años del siglo XX, que se conservan en el archivo.
"A través de estas fotografías podemos saber qié piezas se perdieron en la Guerra Civil", ha apuntado Pons, quien ha aprovechado para realizar un llamamiento a todos aquellos que dispongan de material fotográfico de la Catedral de Valencia, para que entreguen almenos una copia a la Seo.

El auténtico Santo Grial acabó en la Catedral de Valencia a cambio de un préstamo no devuelto de la Iglesia a Alfonso el Magnánimo.


       Valencia, 21 jul (EFE).- El Santo Cáliz llegó a la Catedral de Valencia en el siglo XV de manos de Alfonso V El Magnánimo como pago por las deudas que el monarca había contraído con la jerarquía eclesiástica en sus campañas militares.

      Así lo confirma la investigación del archivero bibliotecario de la seo, Vicente Pons, publicada en el último número de la revista "Catedral de Valencia".
      El trabajo, que ha sido presentado hoy, aporta nuevos datos sobre la llegada a Valencia del Santo Cáliz en 1437, cuando todavía era propiedad de Alfonso V El Magnánimo.
      El monarca, ante la imposibilidad de devolver al cabildo de la Catedral de Valencia los 137.430 sueldos que éste le había prestado para sus campañas, entregó todo el tesoro de reliquias que tenía a la seo, entre ellas el Santo Cáliz que, según la tradición, empleó Jesucristo en la Última Cena, ha explicado Pons.
     "El Santo Cáliz no fue un regalo de nadie, sino un depósito del rey Alfonso El Magnánimo", quien mantenía "una deuda de cinco años" que le obligó a entregar su tesoro de reliquias a la Catedral de Valencia, ha precisado.
      El archivero ha asegurado que la antigüedad del Cáliz, demostrada a través de la tradición literaria y arqueológica y la continuidad histórica, "no se puede discutir".
     Además, estudios arqueológicos recopilados en la revista han demostrado que la copa de ágata que figura en la parte superior del Grial data del siglo I, y que el Canon Romano que los Papas utilizaban en las catacumbas de Roma en los siglos I y II ya hacían mención expresa a "este mismo precario cáliz".
     Con esta expresión se aludía la copa de la Última Cena, y que a raíz de la persecución del emperador Valeriano fue trasladada a Huesca y luego a Valencia. EFE